PERSONAS MONITORAS EDUCADORAS DE KIRIKETAN

Teniendo en cuenta que el objetivo principal de la educación que impartimos es ser agentes del uso del euskera, la persona monitora, además de educadora debe ser promotora del uso del euskera. Debe contar con instrumentos y vías para fomentar el uso del euskera entre niños y niñas. Deberá propiciar espacios para expresarse en euskera.

La persona educadora deberá ambientar el juego, por lo que debería ser una especie de Olentzero. Este personaje reúne tres características: Se trata de una persona de buen corazón, trae un regalo a cada niño o niña y lo hace muy rápido, ya que puede hacerlo todo en una sola noche.

Olentzero lleva un saco repleto de juguetes. Si solo llevara balones, solo algunos niños y niñas se alegrarían de verlo. Así pues, la persona educadora debe manejar gran variedad de técnicas y juegos, ya que si solamente conociera tres, no practicaría más que esas tres. El saco de la persona educadora debe estar lleno de experiencia, respeto, capacidades, técnicas y juegos para que de esta forma pueda proponer juegos atractivos y variados. Deberá utilizar con rapidez las cosas que lleva dentro del saco para que el grupo se encuentre a gusto.

Debe tenerse en cuenta que para que la actividad sea de calidad resultan claves, por un lado, el programa y el método y, por otro, la persona educadora. Así pues, el nivel lingüístico de la persona educadora y, en general, su sabiduría, experiencia, creatividad, voluntad, las relaciones afectivas y de seguridad que crea, su nivel de exigencia... son las bases sobre las que se sustenta la calidad de la actividad. En gran medida, podemos afirmar que la eficacia se apoya en la motivación, por lo que las ganas y la preparación de la persona educadora resultan básicas. Por ello, las personas coordinadoras y educadoras celebramos una reunión semanal donde exponemos nuestro programa, resolvemos las posibles dudas y valoramos las distintas aportaciones y variantes. Son reuniones importantes, ya que las personas educadoras que empiezan pueden aprovechar la sabiduría de las más experimentadas y tratar sobre las variantes de los juegos.

Estas son las características de la persona monitora educadora:

  • Deberá ser experta, formada y hábil en el manejo de los juegos. Deberá conocer gran cantidad de juegos y técnicas y deberá saber o intentará adaptarlos a las distintas edades.
  • Deberá ser capaz de organizar y llevar adelante las sesiones. Para ello deberá recurrir también a sus habilidades personales.
  • Deberá estar alerta e intentará transformar las superioridades negativas en positivas. Deberá ser capaz de aprovechar la faceta atractiva del juego para llevar a cabo más fácilmente estos cambios.
  • La persona educadora analizará las situaciones y, basándose en su análisis, propondrá juegos adecuados que atraigan la atención y el interés del niño o niña.
  • La persona educadora se sumergirá en el juego, porque ello le agrada, y sabrá disfrutar y amoldarse junto con el niño o niña. Será vital que la primera persona participante sea la persona educadora.
  • Tendrá en cuenta la coeducación. Ya que se trata de un proceso educativo consciente, además de tomar como base la igualdad de oportunidades entre niñas y niños, encaminaremos nuestra actividad a la consecución del desarrollo integral de las personas.
  • Participará junto con el resto de personas educadoras en las reuniones semanales y en ellas compartirá con el resto las técnicas que utiliza.
  • Teniendo en cuenta que el objetivo principal de nuestra actividad es ser agentes del uso del euskera, la persona monitora, además de educadora debe ser promotora del uso del euskera. Debe contar con instrumentos y vías para fomentar el uso del euskera entre niños y niñas. Deberá propiciar espacios para expresarse en euskera.